Desafíos para la Planificación Táctica. El impacto de las nuevas tecnologías en las funciones de combate.
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Abstract
Los últimos acontecimientos bélicos que se han desarrollado durante el siglo XXI evidencian que la guerra, como fenómeno social, se mantiene tan vigente como lo ha sido desde sus primeras aproximaciones históricas, hace ya 4.500 años en las ciudades sumerias de Lagash y Umma. Conflictos como la I y II Guerra Mundial (1914-1918, 1939-1945), la Guerra de Vietnam (1955-1975), y otros más actuales como los de Georgia (2008), Nagorno-Karabaj (2020), y Ucrania (2014 y 2022), permiten confirmar lo expuesto anteriormente.
Pese a que la guerra no ha experimentado cambios en su esencia (motivaciones territoriales, políticas, económicas, religiosas y/o sociales), existe evidencia que permite advertir que al menos en la forma de hacer la guerra, sí existirían cambios relevantes que derivarían, en gran medida, a partir del uso de diversos medios tecnológicos en el campo de batalla, generando con ello un punto de inflexión en el desarrollo y resultados de una guerra en múltiples ámbitos.